jueves, 29 de mayo de 2014

OSELTAMIVIR: LA GRAN ESTAFA

Artículo escrito por Roberto López de AIS, publicado en el diario La Primera. En el 2009 todos los países fueron puestos en alerta por la pandemia  de la gripe AH1N1. La Organización Mundial de la Salud (OMS) se puso al frente de esta alerta y con base en informes de comités que tenían serios conflictos de interés, propició la compra millonaria de oseltamivir, un medicamento que se promocionaba por su supuesto potencial de   evitar las muertes y otros efectos graves que podía causar la pandemia. Se creyó que “reduciría los ingresos hospitalarios y las complicaciones como la neumonía. Sin embargo, la evidencia original presentada a las agencias gubernamentales de todo el mundo era incompleta".
 
Las afirmaciones sobre la efectividad del oseltamivir  fueron un factor esencial  para que muchos  gobiernos  invirtieran en la compra de este medicamento y otros para enfrentar la pandemia del 2009-2010; un negocio de muchos millones de dólares para  empresas productoras de “antivirales”. Por ejemplo, Estados Unidos gastó “más de 1,3 mil millones de dólares en la compra de una reserva estratégica de antivirales mientras que en el Reino Unido el gobierno gastó casi 424 millones de libras para una reserva de unos 40 millones de dosis. En España el Gobierno dedicó 333 millones de euros en 2009 para la lucha contra la gripe”. ¿Cuánto gastó el gobierno peruano en estos medicamentos?. No hay información. Pero es probable  que gran cantidad de oseltamivir, expiró en los anaqueles de  farmacias públicas.
 
Las últimas revisiones que se han hecho, particularmente de la Colaboración Cochrane, y que vieron la luz este año revelan que el medicamento en cuestión no tiene los efectos que se promocionaron y se ha confirmado sus efectos secundarios: náuseas, vómitos, dolor de cabeza, trastornos psiquiátricos y problemas renales. La compañía titular de oseltamivir de negó por algún tiempo a compartir la información sobre la efectividad del medicamento y tuvo que hacerlo  bajo presión de la Colaboración Cochrane y el British Medical Journal. Este caso advierte a los gobiernos y gestores de sistemas de salud para que antes de decidir el uso de un medicamento deben tener información completa sobre su eficacia y seguridad. Si no, es posible que se gaste mucho dinero en medicamentos inútiles o que causan daño, donde los únicos beneficiados son los productores.
 
Ver en:  http://laprimeraperu.pe/columna/oseltamivir-la-gran-estafa/

 

 

miércoles, 7 de mayo de 2014

Un modelo económico al servicio de las personas

Artículo escrito por Javier LLamoza de AIS, publicado en el diario La Primera. El Ministerio de Salud ha reconocido que en el Perú se paga el precio más alto por el medicamento atazanavir (utilizado para tratar el VIH) comparado con países de la región; cada tableta cuesta 24 veces más del precio pagado por la versión genérica y se seguirá pagando en tanto venza la patente en el 2019, ocasionando un sobregasto de más de 85 millones de soles al estado.

En el 2009, el medicamento olanzapina utilizado para el tratamiento de trastornos mentales como la esquizofrenia, costaba al estado 0.79 céntimos de sol la tableta, luego que INDECOPI le otorgará más de 5 patentes y la farmacéutica obtuviera la exclusividad del mercado, el medicamento fue comercializado hasta en 16.95 nuevos soles, 21 veces más del precio pagado que cuando existía competencia.

Estos ejemplos muestran como el modelo económico de libre mercado no fija el precio de manera óptima, en ausencia de competencia. El interés económico, bajo una posición de dominio termina imponiendo altos precios sobre un bien que puede curar, controlar la enfermedad o mejorar la calidad de vida de las personas, es decir, la barrera económica, consecuencia de la falla del modelo, termina atentando contra el pleno ejercicio del derecho a la salud y la vida.

Allí, cuando el modelo de libre mercado falla, la intervención del estado se hace necesaria. La Constitución Política del Perú de 1993, reconoce los principios de una Economía Social de Mercado, es decir, se reconoce la presencia de un modelo económico con principios fundamentales de respeto a las libertades económicas, pero que está al servicio de la persona para proteger sus intereses, por tanto, el principio de un estado social soporta la intervención del mercado para regularla cuando el modelo falla, con la finalidad de equiparar el interés privado con el interés social. Dicho esto, regular el mercado frente al abuso de precios sobre bienes de los cuales depende la salud y la vida, es una medida que se hace necesaria, caso contrario, seguiremos pagando exorbitantes precios, dejando al desamparo  derechos fundamentales.